Los primeros mosaicos conocidos se realizaron en Mesopotamia, aunque serían los romanos los que les dieron gran difusión. Los convirtieron en un elemento fundamental de cualquier arquitectura, tanto de carácter público como privado. Se colocaban en paredes o incluso techos, pero los más habituales eran los colocados en el suelo. Llegaron a ser verdaderas obras artísticas fabricadas a base de pequeñas piezas, llamadas teselas, y que conformaban composiciones decorativas con motivos geométricos, figurativos, etc… Los alumnos podrán conocer los orígenes de los mosaicos, sus distintos tipos y materiales, así como las herramientas y técnicas que se utilizaban para su elaboración. Plasmarán esto elaborando su propio mosaico histórico, emulando uno de los hallados en Baelo Claudia, que se llevarán consigo a casa.
Taller de Elaboración de mosaicos de mundo clásico de bachillerato